La verdad es que la ciencia jurídica es una ciencia moral, no solamente en el sentido de la más o menos arbitraria clasificación escolástica, sino porque ella más que cualquiera otra ciencia exige un empeño moral en quien la profesa. Desgraciadamente, el contradictorio ordenamiento italiano, que se inspira en el augusto modelo de la universidad medieval, y al mismo tiempo, estatizando la escuela, reduce a los juristas a empleados, sin los humildes deberes siquiera que dan sustancia a la relación de empleo, hace difícil no ya observar, sino sentir el empleo. Y sin embargo es así. A diferencia de cualquier otro hombre de estudio, que puede muy bien aislarse en sus libros y sobresalir, adquiriendo una fama que a nosotros en general nos es negada, el jurista debe vivir intensamente la vida que rueda y se desarrolla bajo sus ojos, observar los fenómenos sociales o pseudosociales que agitan al mundo, penetrar las instancias que a cada momento los seres humanos proponen en nombre de la política, del arte, de la religión, de la libertad, y así sucesivamente, debe en suma leer el diario.
89397
Ficha técnica
Autor
Satta, Salvatore
Editorial
Olejnik
Idioma
Castellano
ISBN
978-956-40-7178-7
Fecha de Publicación
04-06-2022
Nº de páginas
309
Encuadernación
Rústica
Nº edición
1
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